En la educación para la primera infancia, considerada una de las más importantes en la vida de un ser humano, se viven y se ejecutan varios procesos que definen los próximos años en el ciclo formativo de cada persona, es decir, todo lo relacionado a las competencias a desarrollar con base al desarrollo de las dimensiones (Comunicativa, Cognitiva, Corporal y Socio Afectiva) y aquellos como la lectura y la escritura, la génesis del pensamiento lógico matemático y lo referente con la ciencias (Sociales y Naturales), direccionadas por la exploración del medio.

 

Los maestros preescolares somos llamados a vivir lo mencionado anteriormente, acudiendo a ejes tranverzalizadores como la literatura infantil, las artes y el juego como pilar fundamental en este tipo de educación, ya que ellos aportan y recrean la imaginación de los niños, haciendo que el aprendizaje sea significativo y los contenidos deseados se queden. Por otra parte y como análisis de los procesos a desarrollar en el preescolar; tenemos  la ciencia, que en la gran mayoría de los casos está dada por la proliferación de información a diestra y siniestra que opacan el panorama de lo que en realidad debe ser.

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Según (Arca, M., Guidoni, P. & Mazzoli, P. 1990) se puede afirmar que: “La educación científica significa el desarrollo de modos de observar la realidad y de relacionarse con ella; lo que implica y supone modos de pensar, hablar y hacer, pero sobre todo la capacidad de integrar estos aspectos. En consecuencia los educadores deben ofrecer oportunidades de experimentación y de manipulación e ir más allá. Es necesario siempre, hablar de lo que sucede, reflexionar en torno de lo que se trabaja, ya que la actividad de ciencias del Jardín Infantil debería acercarse en algunos aspectos  aquello que los niños hacen y cuestionan continuamente en su relación con las personas y con los hechos de la vida, fuera del ámbito educativo; pero ir más allá, dada la responsabilidad de enseñarles, en este caso sobre Ciencias Naturales.” De lo enunciado, podemos inferir que la ciencia, provee al ser humano la capacidad de innovar en su propia supervivencia, es decir, le da herramientas para conocer el mundo y diseñar nuevas formas de vida saludable. Pero también hace un llamado a los educadores,  para que presenten propuestas metodológicas que les permitan a los niños desarrollar un tipo de pensamiento, conocido como el científico que se liga directamente a la ciencia y está compuesto por: Las habilidades científicas, el pensamiento crítico – reflexivo, los experimentos y los principios de inducción y deducción.

 

Haciendo referencia, a la importancia de ligar la investigación a la educación, es necesario decir, que esto se debe hacer todos los días pues los niños, muestran actitudes y aptitudes que llenan de sentido la practica pedagógica. La investigación articulada a las prácticas educativas, promueven en los maestros en formación el análisis y la inferencia de la realidad social de la que son participantes permitiéndoles una excelente intervención, desde lo pedagógico hasta lo didáctico.

En la educación científica de los niños es importante que el maestro investigue, porque es un respaldo desde la teoría para su práctica, y así todo pueda tener un sentido y equilibrio, estimulando en los niños esas habilidades por las cuales la ciencia se introduce al currículo en el preescolar.

 

La ciencia enseñada desde el preescolar, induce al niño a tener una excelente forma de expresión con base a lo que vive en su cotidianidad, adicionalmente le ayuda a solucionar problemas con facilidad, y estructurar su pensamiento, poniendo en correcto orden la funcionalidad de sus dispositivos básicos de aprendizaje, del mismo modo que sus procesos psicológicos superiores como la planeación, ya que esta le da una actuación adecuada frente a cada caso.

 

En conclusión la ciencia, los ejes transverzalizadores, la investigación y los demás componentes metodológicos para la enseñanza en el preescolar de dicho contenido; debe estar ligada a un cúmulo de análisis desde lo teórico practico, para dar los principios curriculares que den sentido a lo que con ella se desarrolla en las personas